martes, marzo 13, 2007

Ojos de Silencio

Bueno expreso mi profunda lastima por lo sucedido, no encuentro el porqué de sus actos, no entiendo porque no me pidió ayuda. Bueno en verdad nadie puede decir eso, porque quizás nosotros fuimos los catalizadores que lo llevaron a atentar contra su vida al burlarnos de el, no preguntarle porque estaba así tan triste y llorando solo en los recreos.

Lo que yo averigüé de su historia fue que el justo este año había terminado con su novia, pero no como todas las parejas. Ella lo engaño por un largo tiempo y al momento de descubrirlo, ella respondió con desprecio y burla hacia el. Benjamín cegado por el supuesto amor iba a ir a verla pero su cuerpo instintivamente lo hizo desistir provocándole un shock séptico producto de la apendicitis que tenia hace unas semanas.

Despertó a los tres meses de hospitalización, sintiendo que dentro de ese tiempo había vivido un infierno donde lo violaban e insultaban a diario.

Al volver al liceo su cara y sus ojos no producían ningún brillo. De repente se le encontraba mirando al pizarrón fijamente, gritándole y golpeándose la cabeza contra el.

Un día logre darme cuenta que a diario debía tomarse un líquido que dejaba a su mente prisionera, sin poder de demostrar ni el más mínimo gesto u emoción.

Uno de esos días deicidio combinar su estabilizador con algo que la mayoría de la gente ocupa para poder olvidar. Existe una inmensa cantidad en el mercado, potencialmente se lo venden a los menores de edad, así que para el no fue mayor problema adquirirlo. Al mezclar las dos sustancias, se formo un elixir con una capacidad impresionante. Lo ingirió al instante, al principio quedo aturdido, pero al cabo de unas horas sentía una angustia enorme, caminaba de un lado a otro sin saber que hacer. De repente resplandeció el cuchillo de carnicero que ocupaba su padre en toda ocasión.

Benjamín lo tomó y empezó a mirarlo como un bebe mira un juguete nuevo, después se lo empezó a frotar por todo el cuerpo, hasta sentirse excitado por el.

Ese éxtasis lo llevo a quedar inmóvil, abriendo cada vez más los ojos. En un instante ese placer tomo la forma de el, dándole una sonrisa grotesca jadeante y una postura encorvada. Y sujetando con vehemencia el cuchillo se lo empezó a enterrar como si estuviera tratando de traspasar hielo con una rama.

2 comentarios:

Un simple anónimo dijo...

Excelente relato, compadre. Realmente bueno.

Quizás no te acuerdes de mi, pero yo si de ti.

Saludos y suerte con todo.

Fernanda Urrea Toledo dijo...

¿Por qué no vuelves a escribir?